Sí, después cuando termino la formación de ciclo secundario en el 2002 ingreso a la facultad de sicología a los 17 años. Y mi carrera la fui acompasando con lo que era mi trayectoria deportiva, me tome mis tiempos y realizaba algunas materias y por suerte en febrero del este año 2011 pude culminar ese proceso y recibirme como Licenciado en Psicología y trabajar en esa parte también.
Así como arrancaste tu carrera deportiva que querías ser arquero; ¿También tenías pensado que querías ser Sicólogo?
La sicología tiene una aparición un poco más tardía en mi vida. Un poco en la salida del liceo obviamente uno que es enamorado del fútbol ya estaba en cierta medida con la profesión bastante arraigada en mí, pero también tenía la inquietud que en la medida de lo posible necesitaba tener alguna formación paralela, porque considero que tal vez no te haga un mejor jugador, pero te da la posibilidad de tener alternativas ante una realidad como es la del fútbol, que es sumamente cambiante en poco tiempo. Una lesión, un mal rendimiento y que es una carrera corta que si te va bien llegues a los 35 años, capas que en mi caso los arqueros llegan un poco más, pero todos sabemos que es una carrera corta. En mi caso también me gustaba el profesorado de educación física o el de historia también y la sicología surgió como una cuestión interesante y se acercaba a lo que me gustaba también y obviamente a medida que transcurría la carrera le tomé mayor gusto por la profesión. Y realmente es algo que me reconforta, siempre digo que tengo la suerte de poder trabajar en dos cosas que a mi me apasionan y creo que en la realidad que vivimos es un posibilidad muy linda para una persona y un privilegio.
A nuestro parecer, esto es un gran ejemplo para el resto de los deportistas. Hay que resaltar la importancia que tiene la formación personal además de la deportiva.
Si, yo considero que obviamente tiene una complejidad muy grande, el poder llegar a ser un deportista profesional insume un sacrificio bastante importante, yo creo que como en muchas cosas de la vida el límite se lo termina fijando la propia persona, entonces cuando uno es joven y tiene un montón de posibilidad y cosas para hacer hay caminos que pueden resultar más placenteros. Y obviamente que involucra un sacrificio importante, como les comenté que estudiaba en la noche y después de entrenar ir al liceo, en ocasiones no tenía ganas de nada. Pero en ese sentido en los que hago más hincapié, es en poder haber tenido una familia que me acompañó esos procesos y que supo darme su opinión de lo que sucedía y que el tema de poder seguir estudiando sería muy importante para mí y que no solo en lo deportivo yo tenía que crecer si no que también en lo extracurricular. Yo lo que le digo a los jóvenes que hay que buscar otras salidas aparte del fútbol, que no necesariamente tiene que ser una carrera universitaria, puede ser carreras cortas, oficios, una profesión que les guste. En definitiva posibilidades de inserción laboral. Esto es un tema interesante que apunta a lo integral de la persona. A veces se trabaja la idea de que el estudio genera mejores jugadores yo allí no la tengo tan clara, considero que hay diferentes tipos de inteligencia, la deportiva puede o no acompasarse con u desarrollo académico. Pero si considero que para un montón de cosas, para uno poder generar mayor autonomía en sus definiciones en un mundo tan complejo como es el mundo del fútbol, considero que la formación académica, lo que aportan las escuelas, los liceos y acompañado de un buen soporte familiar, le van a dar al jugador más libertad para poder desarrollarse como futbolista profesional.
Ahora desde la mirada de sicólogo y jugador dentro de la cancha que hay miles de factores que pueden pasar, un gol en contra, un momento anímico muy malo, la euforia por dar vuelta un resultado, etc. ¿Cómo lo ves vos dentro de la cancha?
Obviamente que la información técnica, por llamarlo de una manera que yo manejo, muchas veces me hace pensar muchas cosas de lo que es el juego en sí, desde un lugar diferente. El puesto en el que yo me desempeño, como que está emparentado con una cuestión cercana a los liderazgos y en definitiva el arquero tiene dentro del engranaje del equipo un rol importante en esto de ayudar a sus compañeros en ver situaciones que en la dinámica del juego se le puede hacer más complejo de ver a ellos que están en permanente movimiento. Y lo otro importante es generar en los compañeros la confianza de lo que uno trasmite sea valido para ellos y allí entran a jugar las particularidades de cada uno, el empezar a conocer a tus compañeros y permitirte diálogos de acuerdo a lo que sabes de ellos. Con cada compañero vos sabes en que códigos te podes manejar, a que compañero un grito le puede resultar negativo o un grito le resulta estimulante, a que compañero es mejor no hablarle en ciertos momentos. Lo que yo considero que desde el arco he intentado siempre en Cerrito, es que desde lo diario uno construye confianza en sus compañeros y va generando credibilidad, el trabajo diario de saber que la persona que tienes atrás, es una persona que entrena al máximo, que se cuida y que intenta desde su rol aportarle al equipo. Está claro que la palabra autorizada la tiene el técnico y es el que define patrones de juego y que mi rol tiene que ver con apoyar esos lineamientos que marca el entrenador y potenciar a mis compañeros, sobre todo en los aspectos un poco tácticos, pero más que nada en lo motivacional. Dentro de la cancha se pueden generar un montón de diálogos con los compañeros, desde cualquier tenor, algunos más amistosos o algunos más ríspidos, pero siempre apuntamos a que el resultado se obtenga, que el equipo esté por encima de las individualidades. Y creo que eso fue básico para soportar momentos complicados y llegar al final del campeonato a lograr el objetivo grupal.
Volviendo un poco atrás y tomado el tema del fútbol. Hay un momento que te marca a vos con la hinchada de Cerrito y es el partido con Wanderers en el Viera que gana Cerrito 2 a 1 y tienes que salir por un golpe después de haber atajado un penal. ¿Cuéntanos esa anécdota?
Sí, ese partido se juntaron muchas cosas, fue un partido que para nosotros marcó muchas cosas, porque en ese momento se había ido Balerio y debutaba Marcelo Saralegui. Marcelo había llegado entre semana y nos jugábamos una para con Wanderers que tamben venía complicado. Se da que en un par de jugadas en 5 minutos estábamos ganando 2 a 0, después nos hacen el descuento y se entran a venir, justo se da uno de los clásicos penales que nos cobraban, después de un corner un supuesto agarrón en el área y cobra penal. Yo jorobaba que había visto la semana pasada a Corujo patearle a Rampla a la derecha, y en ese momento pensé que bueno la lógica sería viendo como estaba el partido y demás que la asegurara nuevamente a la derecha, y no se confié en la intuición allí y me tiré a la izquierda, le adiviné la intuición a Corujo y la tapé. Y a los pocos minutos viene un centro del lado izquierdo y me tiro corto el centro y cuando ciento la pelota en las manos, también ciento un fuerte dolor en la cabeza, me ciento medio mareado y mis compañeros me dicen que me quede quieto y tranquilo que tengo sangre. Entra la sanidad de Cerrito, con el Dr. Aníbal Añon y cuando me levanto de nuevo un mareo enorme y me tiro nuevamente. Cuando me vuelvo a acordar estaba fuera de la cancha y no entendía mucho donde estaba y de repente veo que Oacar Castro me grita “Nico estás bien”. Me doy cuenta que estoy en una cancha de fútbol y me digo “Tengo que jugar”, la verdad no me acuerdo ni como estaba el partido, ni nada. Y allí comienzo a discutir con el Dr. Aníbal porque no me deja jugar, porque claro no estaba en condiciones de poder jugar. Y no me doy cuenta que ya habían realizado el cambio. Yo quería entrar y nada más, no podía razonar nada. Me voy al banco y pregunto como estaba el partido y bueno después ganamos y resultó que fue mi primer triunfo con la camiseta de Cerrito. Pero lo más gracioso de todo esto es que yo estaba trabajando en Wanderers como entrenador de arqueros de 6ta. y 7ma. Y bueno toda esa situación me costó el trabajo, porque la gente de Wanderers entendió como que yo había simulado todo esa situación, pero después pude tener una reunión con el presidente y pude aclarar la parte humana le mostré que tenía los 4 puntos de sutura en la cabeza y que obviamente esa reacción de cierta agresividad era producto de un cuadro amnésico. Después tuve que pedirle disculpas a Aníbal que tuvo que soportar esa actitud, pero supo comprenderla bien la situación.
Continua la 3ra. Parte...
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